domingo, 29 de enero de 2012

Edificio Johnson Wax



Éste edificio fue construido por Frank Lloyd, un arquitécto estadounidense nacido en 1867, en Wisconsin. Frank, es un arquitecto reconocido mundialmente, ha  trabajado en varios países, uno  de ellos Japón.
El edificio se encuentra en Wisconsin, y fue construido en 1936, cuando la empresa Johnson le encargo que construyese un edificio de oficinas. Al principio se negó pero al final aceptó.
Empezando por el exterior el edificio no me parece ninguna maravilla, está hecho de ladrillo al descubierto, como mi casa, es decir, no  me parece nada asombroso, es muy convencional.
Una cosa que me llama la atención son las construcciones cilíndricas que hay una encima de otra, como si fuera la tarta de una boda. Ni me gusta ni me disgusta, pero tampoco me parece nada asombroso.



Parece que el edificio no ha causado gran impresión entre los compañeros de clase, cosa que entiendo hasta cierto punto. Por ejemplo a mí  tampoco me gusta que la única entrada sea por el parking, ni me parece, como ya he dicho, nada fuera de lo común el exterior. Pero una vez dentro a mí si me gusta, es cómo una sola sala, no hay tabiques. Lo único que hay para que no se les venga el edificio abajo son columnas cilíndricas y estrechas, más por abajo que por arriba, donde se ensanchan, y acaban siendo una gran circunferencia.
Muchos arquitectos, y demás gente criticaron las columnas diciendo que no iban a aguantar el peso y que se iban a venir abajo. Entonces Frank, herido por las críticas, hizo una prueba para ver cuanto aguantaban éstas. Cuando se vio que llegaban a las 12 toneladas les calló a todos la boca, y le dieron la razón, pero Frank no se quiso quedar ahí, siguió añadiendo peso hasta que la columna se derribó con 60 toneladas encima.





La clave está en que llevan un revestimiento de una tela metálica cubierta de hormigón por el borde de la columna, y el centro queda hueco, por lo que los cables etc. no quedan visibles.
Pues bien, las circunferencias en que terminan las columnas, y que sujetan el techo, no se tocan entre ellas, por lo que quedan grandes espacios por donde entra la luz al edificio a través de unos cristales traslúcidos. Esto me parece realmente genial. Así se podría trabajar sin luz  eléctrica, pensó Frank, pero no pudo ser, al final se tuvo que poner.
Pero igualmente me parece una gran idea, hace que la sala sea como más acogedora, mas cálida. Claro que esto es discutible, ya que al hacer el techo de esta forma se suprimieron las ventanas, cosa que no
creo que agradase a todo el mundo. Pero bueno, nunca llueve a gusto de todos, y el caso es que a mí me gusta.
Sigamos con el interior, hemos dicho que era una sola sala, sin tabiques, entonces todas las mesas de trabajo son iguales para todos los empleados. En el piso de arriba solo hay un pasillo bordeándo, que da a los despachos de los "directivos", por así decirlo.
Todo lo diseñó y lo eligió Frank Lloyd, hasta el moviliario. Creo que no le ha gustado a nadie de clase, pero la verdad es que a mí si. No me parece  nada del otro mundo pero me parece que queda bien junto con el resto de la decoración, lo que crea un buen clima de trabajo. Yo opino que si te encuentras a gusto en el trabajo, rendirás mucho más.  Y pienso que fue esto lo que pretendió Frank Lloyd, un lugar de trabajo en el que la gente se encuentre a gusto. Porque es que son oficinas, no una obra de arte, para eso ya está el Guggenheim y demás. No creo que sea mejor arquitecto ni peor, sino que él no diseñó el edificio para  que fuese ninguna obra de arte, sino para que fuese un buen lugar de trabajo. Una cosa que  hay que tener en cuenta es que el edificio se construyó hace 73 años, y , por lo tanto las modas o tendencias de la época serían diferentes.
Opino que Oscar Niemeyer, por ejemplo, no lo hubiese hecho ni parecido, pero también creo que era un adelantado a su época, ya que fue uno de los pioneros  de la arquitectura moderna, y me parece mejor arquitecto, pero no por eso el edificio Johnson Wax me va a parecer más feo. Puede ser que simplemente Frank Lloyd  se limitase a seguir la línea de la época, o a no separarse mucho de ella.
En conclusión, creo que no es un edificio feo, sino normal, no me llama la atención, pero una vez dentro creo que me gustaría trabajar allí, estaría cómodo, y rendiría más.
 Como curiosidad os diré que unos años después de estar funcionando, el rendimiento de la empresa Johnson aumentó en un 25%.

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